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Hipoteca fija o variable: ¿qué diferencias hay?

La diferencia entre una hipoteca fija y una variable radica entre elegir un préstamo hipotecario en el que siempre se va a pagar la misma cuota –aunque el interés en principio puede que sea más elevado– o uno sujeto a las variaciones de un índice al que está referenciado (habitualmente el Euríbor a un año).

Para elegir entre un préstamo hipotecario fijo o variable es conveniente valorar tres factores:

  1. El plazo del préstamo.
  2. Las expectativas de ingresos.
  3. La capacidad de afrontar una subida rápida de los tipos de interés.

¿Hipoteca fija o variable? Conoce las características de cada una

El préstamo hipotecario de interés fijo se caracteriza por una cuota sin cambios, pero supone amortizar capital a menor ritmo y es posible que, en principio, se pague un tipo de interés más alto que la hipoteca variable. La estabilidad en el pago de la cuota y una total certeza sobre lo que se pagará durante toda la duración del préstamo es la base de este tipo de operaciones que no están sujetas a las fluctuaciones del mercado.

El préstamo hipotecario a tipo fijo está especialmente indicado para plazos cortos, que no superen los 20 años, aunque puede encontrarse un préstamo hipotecario a tipo fijo con un plazo amplio de amortización, llegando incluso hasta los 30 años. La hipoteca fija destaca por no estar asociada al riesgo de una subida de tipos, dando lugar a la misma cuota a lo largo de toda la vida del producto.

La hipoteca de interés variable se fija atendiendo a un índice de referencia (el más habitual, el Euríbor, aunque en España también se usa el IRPH), más la aplicación de un diferencial fijo por parte de cada banco. En el conjunto del mercado, la hipoteca a tipo variable sigue siendo mayoritaria.

La hipoteca de interés variable se caracteriza por sus bajas comisiones (a diferencia de una hipoteca fija, no tiene comisión por riesgo de interés) y un mayor plazo de amortización (lo habitual para este tipo de productos es ofrecer un periodo máximo de 30 años, aunque se puede llegar a los 35 y hasta los 40 años). La revisión anual o cada seis meses, dependiendo de lo contratado en la concesión del préstamo hipotecario, supondrá variaciones en la cuota mensual atendiendo a las oscilaciones del Euríbor o del índice al que esté referenciado. La cuota mensual bajará si desciende el euríbor.

Si estás buscando la opción que mejor se adapta a tus necesidades, consulta más información sobre las hipotecas fijas y variables de Banco Santander.

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